sábado, 22 de agosto de 2009

Una carta ingenua

Y como si fuera un monologo inspirador pensaba:
“Soy un triunfador, me puede ir mal… me puede ir bien… pero lo que soy no cambiara, el exito viene a mi, aunque no lo vea, aunque piense que no lo tengo, el simple hecho de estar vivo es de por si un logro, soy un triunfador…”
Me gritaba mi mente, tan fuertemente que me empezo a doler la cabeza.
“Todo lo que me proponga se que lo lograre,
tengo el potencial ilimitado, 19 años no es mucho tiempo de vida pero es suficiente,
aprendere, me esforzare y lograre todo lo que me proponga,
todo…”
Y de pronto la euforia se convirtio en coraje, sentia el latir de mi corazon en mi cerebro.
“Por que soy una persona unica,
por que tengo inteligencia y razon,
por que tengo miles de cosas a mi favor, creatividad, imaginacion y por que se quien soy…”
“Por que todo el mundo esta a mi favor,
soy un triunfador por que ahora creo en mi, por que en verdad deseo ser feliz,
soy un triunfador por que quiero crecer, y soy mas fuerte que mis miedos, puedo resolver todos los dilemas que perjudicaban mi vida… por eso soy triunfador…”
Una sonrisa se dibujo en mi rostro, estas frases me agradaban, en verdad me motivaban, habia entrado en un estado somnoliento, pero me sentia mas dueño de mi mismo que nunca.
“Se que es el mejor momento de empezar todo de nuevo, nunca es tarde, y ahora se que soy superior, que soy triunfador, demostrarles y demostrarmelo sera lo mas facil y divertido que he
echo, siento como emano luz, lo noto, nada puede detenerme, ni criticas, ni dudas, ni temores… porque ahora tengo fe en mi mismo, y una ambicion desmedida de cambiar las cosas. No hay problema que no puede resolver”.
Para estas alturas mi mente controlaba mi sentir, ya no tenia la tristeza, la melancolia y el miedo de antes, ya nada tenia valor por que ahora lo mas importante era yo.

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