sábado, 17 de julio de 2010

Melodía Inesperada


Estás en esa dimensión entre despierto y dormido
entonces sientes una melodía inesperada que llega,
y va llenando con su sonido los espacios del silencio,
hasta que te invade de una emoción inusitada y sentida,
y se desliza con una delicada compañía de añoranza.

Y esa vivencia y ese momento se vuelven únicos
y te penetran por todos los poros de la piel y vibran,
y se agitan en ti de una forma indescriptible, volviéndose
sensaciones impensables que lo inundan todo
y lo invaden del matiz perceptible de lo intenso,
y, a la vez, de lo indispensable de lo bello.

Después, sólo poco después, la meditación dormida
abraza el vacío y surge de nuevo el silencio…

jueves, 15 de julio de 2010

Soñar y luchar


Que me ayudes a soñar
una pizca de esperanza
esa sonrisa que alcanza
para volver a luchar

Ir en busca de un destino
pedacito de ilusión
y apurado corazón
por transitar el camino

Un empujón lo que pido
una palabra de aliento
entusiasmo y sentimiento
un abrazo bien sentido

Verás que todo ha de ser
esfuerzo, puro tesón
retornará la pasión
será un bello amanecer

miércoles, 14 de julio de 2010

Espejo


Quería sobrevivir ante el reflejo pero al mirarse al espejo.. Se dio cuenta de la fantasía en la que vivía, como si fuese una cadena de horror, el dolor consiguió entrar en su corazón, sin motivo ni razón, el daño que causó su mirada no tuvo remedio ante la almohada y a la espera de la oscuridad, se encontró rodeada de pánico y mucho miedo, en ese oscuro tan vacío, en ese instante que aun no olvida. Es la angustia que la calma, es el miedo que la alarma, es la dificultad de ahora poder hablar.
Tenía miedo de escuchar el palpitar de su corazón, porque así se daría cuenta en la oscuridad en la que estaba obligada a estar. Sin razón alguna olvidó todo, Susurró... Escuchó el sonido del vacío, que sin fondo llena en el alma
Y pensar que ese era el único sentimiento al cual ella podía estar atenta. Ese dolor y sufrimiento, dieron el nacimiento a su llanto, cuyo temor es sufrir tanto y de pronto como un suave y macabro abrazo, el espejo la consumió, no había marcha atrás, desapareció sin dejar sentimiento alguno.