Estás en esa dimensión entre despierto y dormido
entonces sientes una melodía inesperada que llega,
y va llenando con su sonido los espacios del silencio,
hasta que te invade de una emoción inusitada y sentida,
y se desliza con una delicada compañía de añoranza.
Y esa vivencia y ese momento se vuelven únicos
y te penetran por todos los poros de la piel y vibran,
y se agitan en ti de una forma indescriptible, volviéndose
sensaciones impensables que lo inundan todo
y lo invaden del matiz perceptible de lo intenso,
y, a la vez, de lo indispensable de lo bello.
Después, sólo poco después, la meditación dormida
abraza el vacío y surge de nuevo el silencio…
y va llenando con su sonido los espacios del silencio,
hasta que te invade de una emoción inusitada y sentida,
y se desliza con una delicada compañía de añoranza.
Y esa vivencia y ese momento se vuelven únicos
y te penetran por todos los poros de la piel y vibran,
y se agitan en ti de una forma indescriptible, volviéndose
sensaciones impensables que lo inundan todo
y lo invaden del matiz perceptible de lo intenso,
y, a la vez, de lo indispensable de lo bello.
Después, sólo poco después, la meditación dormida
abraza el vacío y surge de nuevo el silencio…