miércoles, 2 de septiembre de 2009

Un alma de cristal y un corazón de roca

En etérea visita llegaste solitaria a mi apacible Sueño,
el llanto en tus ojos evidente reflejo de un alma herida.
Insegura y tímida tocaste mi puerta cuál ave sin dueño,
buscando consuelo caíste en mis brazos doliente y rendida.

Pensé de repente al ver desfallecido aquel rostro angelical,
¿Cómo el sufrimiento a tan desvalida criatura toca?.
Si en esa melancólica sonrisa se percibe tu alma de cristal
y en tu agitado palpitar, la fortaleza de un corazón de roca.

Vives la injusticia de un Calvario sin causa,
flagelando sin razón tu ofrendada ternura,
eres marchito lirio que la impía sequía arrasa
y que indiferente mancilla tu hermosura.

Reposa niña mía, enjugaré de tu llanto la amargura,
unido a ti estaré cómo danzarinas olas a su mar.
Jamás olvidaré el terciopelo de tu piel y su tersura,
incrustando en mis adentros tu alma de cristal.

Tendrás todo lo que tu alma pretenda alcanzar,
postraré a tu voluntad los más puros sentimientos.
Si necesitas amistad, amigo incondicional tendrás.
Y si en ti renace el amor… Estaré en tus pensamientos.

Más no sé de tus emociones ni conozco tus anhelos,
quizá te hayas marchado al despuntar el alba.
No sabré si te has vuelto al mismo derrotero …
Yo sólo quise ser … Lo que te hacía falta.

1 comentario:

  1. Demasiado exitoso, Oskr... me encanta... Como que se puede sentir un poco de tristeza a través del poema... super bueno...

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